Acaba de ser publicada la revista electrónica Cosmocápsula (edición cero), en la que el vallecaucano David Pérez Marulanda ha reunido colaboraciones de un grupo de colombianos de diversa experiencia en el género, así como de algunos invitados de países hermanos, como Perú y Costa Rica. Tuve el honor de ser invitado a participar en este proyecto con un artículo y también como participante en un comité de redacción virtual a larga distancia.
La revista contiene siete cuentos, varios de ellos inéditos, cuatro reseñas bibliográficas, una sobre cine (mi aporte) y dos colecciones de poemas. La Portada, del ilustrador payanés Simón Wilches Castro, es una reflexión sobre el descubrimiento y la conquista de América en una analogía con los invasores extraterrestres de películas B de mediados del siglo XX.
Ochenta Años de la Novela de Ciencia-Ficción en Colombia. El bogotano Dixon Acosta nos cuenta sobre la primera novela de ciencia ficción escrita en Colombia, “Una Triste Aventura de Catorce Sabios”, 1928, del barranquillero Jose Félix Fuenmayor (1885 - 1966). La novela no es muy afortunada en su construcción, sin embargo, es un hito innegable de este género literario en nuestro país. Acosta destaca el argumento del empequeñecimiento humano (décadas antes del clásico “El Increíble Hombre Menguante”, 1957, que inspiró a Almodóvar las escenas del “Amante Menguante” en “Hable con Ella”, 2002) y las curas biológicas mediante la manipulación de microorganismos.
La Tarjeta. Con este cuento, el santandereano Tito Contreras me recuerda las tertulias de la taberna “White Hart”, de las que se sirvió en muchos de sus cuentos Arthur C. Clarke a través de las increíbles narraciones del mitómano Harry Purvis. Una singular empresa vende tarjetas prepago de minutos de vida con la tentadora advertencia de que sólo pueden ser usados en casos de extrema necesidad.

Fragmentos.“Tú jamás comprendiste”. Con estas palabras, el colombiano Fernando Galindo nos conduce por los laberintos del alma humana y de la muerte, a partir de una misteriosa instalación en una exposición arqueológica sobre las antiguas culturas indígenas.
Xelajú. De Costa Rica viene este cuento de Iván Molina Jiménez, narrado en primera persona por uno de los guerrilleros del Ejército de Liberación de la Palabra, organización clandestina internacional creada para contrarrestar a la multinacional megalomaníaca Total Words, que a finales del siglo XXI se apoderó de los derechos de uso de todas las palabras del mundo.
Estudios Arcaicos para Ocho Cuadraplejias. Rodrigo Cifuentes de Bogotá hace malabarismos lexicales y sintácticos con estas ocho estrofas que, según indica, hacen parte de una novela inédita de su autoría.
Poemas. En círculos especializados, el barranquillero Antonio Mora Vélez es reconocido como uno de los principales exponentes de la ciencia ficción en Colombia. Acá nos comparte cinco poemas cortos escritos entre 1999 y 2005. Mora Vélez le canta al Multiverso, a los Neutrinos, a los sentimientos de un robot y a los dioses extraterrestres de la cultura prehispánica Mochica.
El Oasis de Palas. Nuevamente, Antonio Mora Vélez. Esta vez con un cuento de 1981 ambientado en un universo similar al de los “Supersónicos” y a las historietas de ciencia ficción de los 50s. “En el planetoide Palas, situado en el cinturón llamado de asteroides, estaba instalado el restaurante espacial más original del sistema. Era el que mejores posibilidades ofrecía a los navegantes del espacio, por su cercanía a nuestro planeta, y a él concurrían los viajeros que hacían la ruta de crucero Tierra-Marte-Ganímedes-Titán, no sólo para aprovechar el descanso durante el trayecto más largo –el que separa al planeta rojo de la acogedora luna de Saturno—sino para saborear los exóticos y deliciosos platos del menú interplanetario, que eran la especialidad del lugar.”
Y el radio se apagó... Un cuento corto del colombiano Jorge Andrés Cerquera, elegía críptica de un moderno pigmalión fracasado.
Mal de Luna. Carlos Enrique Saldívar, escritor peruano de ciencia ficción, une hábilmente los eventos del 20 de julio de 1969 en el sureste del Mare Tranquillitatis con el terror arquetípico a las noches de luna llena y el mito del hombre lobo.
El Experimento. El joven Henry Fernando Rugelis se hace nombrar “Gestapó” cuando se dedica a la escritura y “Pablo honey” cuando es artista plástico. Su cuento plantea nuevamente la reflexión sobre la vida eterna, no como una meta deseable sino, por el contrario, como una condena insufrible. La misma idea ha sido explorada en ocasiones anteriores por otros autores. Me acuerdo en estos momentos de “Un Millar de Muertes”, 1899, de Jack London, incluido en la colección “Lo Mejor de la Ciencia Ficción del Siglo XIX” de Isaac Asimov, la espeluznante “Vivir Eternamente”, 1913, de James George Frazer, incluido en la “Antología de la Literatura Fantástica” de Borges y Bioy Casares, y el amargo destino de los trogloditas en “El Inmortal”, 1949, de Jorge Luis Borges.
“MOON” de Duncan Jones.
El famosísimo David Bowie inició su carrera musical en 1969 con un tema llamado “Major Tom”, que narraba la historia de un astronauta extraviado. En 1971, Bowie tuvo un hijo al que llamó Zowie Bowie. El niño terminó cambiando su nombre a Duncan Jones y es hoy uno de los más prometedores realizadores de cine de ciencia ficción, que promete llevarnos de regreso a los días de gloria de “Blade Runner” y “Alien, el Octavo Pasajero”. Este es mi artículo, sobre “Moon”, su ópera prima. Creo que me quedó un poco largo.
Reseña: Contemporáneos del porvenir. Primera antología colombiana de Ciencia-Ficción. David Pérez Marulanda, el gestor de este proyecto, hace una reseña sobre la antología “Contemporáneos del Porvenir”, 2000, de René Revetez. “Sin lugar a dudas un tesoro que los aficionados colombianos no deberían dejar de leer y con el cual los amantes del género de cualquier otro país podrían introducirse con una vista panorámica dentro de la ciencia ficción que se escribe en Colombia.”
Reseña: Historias de ciencia ficción. Elton Honores Vásquez, experto en literatura fantástica peruana, hace una reseña de la colección de cuentos “Historias de Ciencia Ficción”, 2008, de su compatriota Carlos Saldívar, autor del relato “ Mal de Luna”, incluido en la revista. Doce cuentos entre la destrucción de la humanidad, la soledad, y la presencia alienígena en la tierra. Honores Vásquez destaca el cuento “Volar como los Pájaros”, sobre la libertad de volar como metáfora de la libertad para crear e imaginar frente a un sistema social excluyente y prohibitivo. “...en Historias de ciencia ficción, Saldívar demuestra sus dotes de narrador en potencia, sobre todo cuando hilvana relatos de largo aliento. A ello se agrega que esta publicación, invita a celebrar también la presencia de un género que parecía nunca haber existido para un sector de la crítica literaria peruana y que busca un espacio propio dentro de la narrativa peruana última.”
Reseña: Venus Desciende. Relatos de Ciencia Ficción. Dixon Acosta cierra la revista con la reseña de una colección de diez relatos del costarricense Iván Molina Jiménez (autor del cuento “Xelajú” incluido en la revista) llamada “Venus Desciende”, 2009. “Uno de los textos que más llamó la atención del suscrito comentarista, resultó ser el que le da título a esta colección, ‘Venus desciende’, se puede leer como relato ficticio, pero también como si fuera una investigación histórica, sobre un episodio que el supino ignorante no puede determinar si ocurrió realmente, si es fruto de una imaginación desbordada o combinación de las dos posibilidades. En cualquiera de los casos, resulta un escrito verdaderamente resaltable.”
domingo, 23 de agosto de 2009
Cosmocápsula Cero
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Juan Diego:
ResponderEliminarel nombre de pila de David Bowie es David Jones, pero a finales de los 60, cuando comenzaba su carrera, ya existía un músico con ese nombre y por eso eligió el nombre artístico con el que es famoso. su hijo se llama Duncan Jones y el nombre de Zowie Bowie lo adoptó como un juego con el nombre de su padre. lo que pasa es que originalmente fue este el nombre con que se dio a conocer, pero queriendo evitar que lo vincularan directamente con papi prefirió presentarse oficialmente (y a raíz del estreno de Moon) como Duncan Jones.
Gracias por tus comentarios F.
ResponderEliminarEfectivamente Jones es el apellido original de Bowie. Pero el nombre de Zowie Bowie sí hace parte del nombre original de Duncan: Duncan Zowie Haywood Bowie. Puedes confirmarlo en la grabación del lanzamiento de la canción "Kooks" tan sólo un par de días después del nacimiento (www.youtube.com/watch?v=iN3Q_Yr8ZD0)
He hecho una corrección, David Pérez me hace caer en cuenta que don Antonio Mora Vélez no es monteriano sino barranquillero. Ya está actualizado el texto, a lo Orwell.
ResponderEliminarEnhorabuena por la revista, la cabo de leer después de volver de vacaciones hace apenas unos días y está muy bien.
ResponderEliminarUn abrazo
Fede